«El nuevo place to be de Cartagena»
Bernardo Álvarez de Casa del Torno nos narra algunos detalles que tejen la historia de la joya arquitectónica colonial ubicada en Colombia.
En el corazón palpitante de Cartagena, donde el pasado se entreteje con el presente en una danza arquitectónica, se alza un nuevo capricho que hace susurros a través del tiempo: Casa del Torno. Esta joya colonial, ubicada en el barrio de San Diego, es un santuario de privacidad y lujo que despierta los sentidos y desencadena emociones que solo las obras maestras pueden lograr.
La majestuosidad del nuevo place to be colombiano se revela a medida que uno cruza su umbral. Esta imponente construcción, que data de mediados del siglo XVII, se encuentra en perfecta armonía con su entorno. La casa, que da nombre a la calle del Torno en la que se erige, surge junto al convento de Santa Clara, testigo silencioso de las vicisitudes que Cartagena ha enfrentado a lo largo de los años, desde la invasión del temido pirata inglés sir Francis Drake, hasta el resplandor de la modernidad.
Con una extensión de 500 metros cuadrados, Casa del Torno se convierte en el refugio soñado para los viajeros que buscan un ambiente de privacidad y exclusividad. En su interior, el tiempo parece detenerse, ofreciendo a sus huéspedes la oportunidad de sumergirse en el encanto de épocas pasadas. Cuatro habitaciones exquisitamente decoradas, cada una con su propio baño privado, brindan un santuario personalizado de comodidad y esplendor.
La piscina interior, un oasis de serenidad en el corazón de la casa, invita a los viajeros a adentrarse en sus aguas cálidas, mientras el mundo exterior queda suspendido. Una barra al aire libre, un patio interior que respira historia y una terraza en el segundo piso con mirador panorámico son espacios que ofrecen vistas a los tejados empedrados y a los muros cargados de secretos.
Sin embargo, la verdadera magia de Casa del Torno ha sido revelada gracias a Bernardo Álvarez, el representante de esta maravilla arquitectónica. “Casa del Torno ha sido restaurada dos veces por la arquitecta Gloria Patricia Martínez, reconocida experta de casas coloniales cartageneras”, narró Bernardo. Y es que, la profesional, ha dedicado su pasión y experiencia a revitalizar la casa en dos ocasiones: primero en 1989 y más recientemente en 2022. Detalles que se desvelan al adentrarse en sus espacios.
Los visitantes descubren pequeños tesoros que atestiguan la rica herencia de Casa del Torno. En sus muros resonantes, la historia de la Orden de las Hermanas Clarisas cobra vida. Este espacio solía albergar a las hermanas que habían hecho votos de clausura, quienes utilizaban un torno giratorio para mantener el contacto con el mundo exterior. Así, “además de cuidarse de las miradas de los curiosos, recibían sus alimentos y medicinas, y vendían las distintas preparaciones que hacían de panadería y repostería”, comentó Álvarez. Este icónico torno, meticulosamente reproducido y ubicado en su lugar original, es uno de los tesoros del destino.
Y si hablamos de decoración, entonces este se convierte en un tributo a la cultura colombiana y a las influencias griegas e italianas de los dueños. Cada detalle, desde la imponente lámpara de cristal traída de Praga hasta los espejos elaborados y los candelabros con colibríes, refleja un esmero artístico que eleva la experiencia de cada huésped. Los vínculos con la cultura también se manifiestan en la biblioteca y en los clósets calados, obras del maestro ebanista Gustavo Vásquez, y en el cuadro del artista colombiano Jorge Elías Triana, cuyo legado encuentra su hogar en el salón principal.
Además, este punto también ha sido el escenario de descanso de varias personalidades ilustres como Gabriel García Márquez, Mercedes Carranza y diversos expresidentes de Colombia, quienes han sucumbido ante la seducción de esta joya colonial.
“Casa del Torno es la alternativa ideal para el huésped que quiere llegar a Cartagena y, literalmente, enclaustrarse en esta antigua casa de las Clarisas para vivir experiencias inolvidables, como una exclusiva cata de delicioso café colombiano o disfrutar lo mejor del ron local», resaltó Álvarez. “Y cuando quiera salir, por qué no, hacer un tour histórico por la ciudad vieja en bicicleta o dar un paseo en lancha por las islas del Rosario”, concluyó el experto.
Sin duda, podemos decir que, en Casa del Torno, los sueños de lujo y privacidad se entrelazan con los ecos del pasado. Esta joya arquitectónica no solo promete una estancia inolvidable, sino también un viaje en el tiempo, y una conexión íntima con la historia y la esencia colombiana.
Ver artículo: Revista Arquitectural Digest